El juez Brian Cogan le dio hasta el próximo lunes a la defensa de García Luna, encabezada por César de Castro, para que notifique a los fiscales si su cliente testificará en el juicio que se sigue en su contra y que concluirá cuatro semanas antes de lo previsto.
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BROOKLYN, NY (apro).- En un giro inesperado, en el juicio por narcotráfico en contra de Genaro García Luna, su abogado César de Castro anunció la probabilidad “mínima” de que su defendido testifique a favor de su causa ante el juez Brian Cogan y el jurado la próxima semana.
La sorpresa de que García Luna se suba a testificar por su causa ocurrió luego de que en la audiencia número 10 del proceso judicial llevada a cabo este miércoles 8 de febrero, el Departamento de Justicia indicará que el próximo lunes concluiría con la presentación del caso.
A García Luna, amigo, asesor, confidente, mano derecha y secretario de Seguridad Pública (SSP) de Felipe Calderón, el gobierno de Estados Unidos le imputa cuatro cargos de conspiración internacional en colusión con el Cártel de Sinaloa para trasegar cocaína. y uno más, haberle mentido a un agente federal de inmigración.
“Es mínima la posibilidad de que testifique”, declaró De Castro ante el juez Cogan, los fiscales y el jurado, cuando repentinamente se dio por terminada la audiencia de este miércoles 8 de febrero de 2023.
La sesión concluida casi cinco horas antes del horario que para ello estableció el juez Cogan, se dio porque la fiscal Saritha Kumati, jefe del equipo de representantes del Departamento de Justicia, paró el interrogatorio a uno de sus testigos, George Dietz.
El arranque de lo que fue la última sesión de la tercera semana de audiencias con el acusado presente, fue para darle continuidad al testimonio de Marlene Tarantino, una oficial federal de inmigración quien habló de la solicitud de ciudadanía estadunidense por parte de García Luna, proceso que inició el 1 de junio de 2018.
Después de Tarantino, el siguiente testigo de la fiscalía fue Esbert Simon, un agente federal de Inmigración y Aduanas quien habló brevemente sobre la bitácora de entradas y salidas de México y Estados Unidos por parte de García Luna después del 1 de diciembre de 2012.
Posteriormente, la fiscalía presentó como su siguiente testigo a Iván Carrera, uno de los cinco agentes de la DEA que detuvieron a García Luna el 9 de diciembre de 2019 en Dallas, Texas, y le notificaron los delitos que le imputaba el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Carrera declaró que “por mal funcionamiento del equipo tecnológico, no pudieron grabar la primera entrevista que le hizo a García Luna inmediatamente después de su detención” y ya dentro de la oficina regional en Dallas.
El agente de la DEA explicó que, aun sin contar con la grabación, García Luna aceptó ser entrevistado y que negó su presunta relación con el narcotráfico y la fracción de Arturo Beltrán Leyva dentro del Cártel de Sinaloa.
“Dijo que no conocía a Iván Reyes Arzate”, apuntó Carrera en referencia a García Luna y al Comandante y Jefe de la Unidad Especial de Inteligencia de la Policía Federal, creada bajo la estrategia de la SSP en el sexenio de Calderón.
Dietz, agente especial del Departamento de Justicia para el Distro Este en Brooklyn, Nueva York, sede de la Corte donde se realiza el juicio, fue el testigo número 25 de la fiscalía cuyo testimonio fue pausado de pronto por la fiscal Kumati.
Final anticipado
El testigo estaba hablando sobre la presentación en la Corte de varias fotografías de una “casa blanca” con alberca, desde distintos ángulos y puntos del inmueble, cuando de pronto el juez llamó a las partes en privado para conversar y decidir qué hacer enseguida.
El juez entonces le informó al jurado que la audiencia había terminado y que “la buena noticia era que probablemente el lunes siguiente el gobierno -los fiscales- terminarían de presentar su caso”.
Una vez que los fiscales salieron de la sala 8D, el juez y las partes se pusieron de acuerdo para afinar los pormenores de lo que será la cuarta y última semana de audiencias del juicio contra García Luna, que concluiría precisamente cuatro semanas antes de lo que se había pactado.
“Si el gobierno termina de presentar su caso el lunes siguiente y está la posibilidad de que testifique el acusado, lo tendría que hacer el martes por la mañana y por el contrainterrogatorio de los fiscales debería concluir el miércoles”, decretó Cogan.
Con estos condicionamientos Kumati agregó que el lunes concluirían con el testimonio de Dietz y luego del de “otro testigo”.
“Si es así el jueves de la próxima semana cerraríamos y a partir del jueves (16 de febrero) el jurado comenzaría con sus deliberaciones”, concluyó el juez Cogan.
García Luna decidirá si testifica
A la salida de la Corte, al ser cuestionado por los reporteros sobre si era seguro que García Luna testifique a su favor, el abogado De Castro se limitó a decir que “es decisión” de él.
Cogan le dio a la defensa hasta el próximo lunes como plazo para que notifique a los fiscales para que con ello se preparen en caso de que García Luna decida testificar a su favor.
A los fiscales, el juez les dio también como plazo hasta este domingo para que informen a la defensa y se prepare el nombre de quien será el testigo número 26 de la causa.
En las 10 audiencias que se han celebrado del juicio, el Departamento de Justicia no ha presentado una sola evidencia probatoria para corroborar los argumentos que directa e indirectamente han dado algunos de sus testigos cooperantes y protegidos, de los presuntos nexos de García Luna con el Cártel de Sinaloa y el trasiego de cocaína.
Durante poco más de tres años desde al arresto de García Luna, el gobierno estadunidense se dedicó a preparar el caso afirmando que contaba con más de un millón de páginas con evidencias, miles de documentos financieros, videograbaciones, grabaciones, fotografías y bases de datos de computadoras y de teléfonos inteligentes.
Hasta la audiencia de este miércoles 8 de febrero, los fiscales del gobierno de Estados Unidos no han presentado evidencias que corroboren los delitos que le imputan a García Luna.
Es muy extraño que en un caso federal como el de García Luna, el acusado tome el estrado para abogar por su causa ya que jurídicamente los expertos en procesos judiciales estipulan que puede ser contraproducente para la causa al ser interrogado por los fiscales.
De ser declarado culpable por el jurado (siete mujeres y cinco hombres) que para ello requiere de un fallo unánime, García Luna sería sentenciado a cadena perpetua como pena máxima, o a 20 de años de prisión como castigo mínimo.