Curas opositores a las cuotas, en riesgo de ser expulsados de la Iglesia

jornada.com.mx

La inconformidad por la imposición de cuotas para cada parroquia y el requerimiento de la información financiera y fiscal de cada sacerdote puso al descubierto que protestar o rebatir las decisiones que toma la Arquidiócesis Primada de México, a cargo del cardenal Carlos Aguiar Retes, convierte a los presbíteros críticos en apestados.

Sobre la situación que pesa sobre unos 300 párrocos de la Arquidiócesis Primada de la Ciudad de México, sacerdotes entrevistados refirieron que el ecónomo arquidiocesano Efraín Hernández Díaz no quería que esto saliera a la luz y fuéramos muy reservados. Desa-fortunadamente somos muchos los que no tenemos una profesión civil, y sí, nos pueden decir hasta aquí. Fuera de la Iglesia tendríamos que empezar lavando platos, resume el padre Miguel, un viejo sacerdote al que le faltan cuatro años para concluir su vida pastoral y que está a cargo de una pequeña capilla cerca de La Merced.

Si protestan abiertamente en contra de las decisiones económicas que se les han impuesto, afirma que corren el riesgo de ser expulsados, señalados, apestados, y los jerarcas católicos los relegan de sus actividades parroquiales.

–¿Puede pedir su cambio a otra arquidiócesis?

–No, porque inmediatamente lo queman a uno, aunque hayas tenido una vida disciplinada y de rectitud. Por el simple hecho de haber levantado la voz, inmediatamente manchan tu expediente.

En los escritos entregados a cada párroco responsable de iglesia o capilla –de los cuales posee copia La Jornada–, la Arquidiócesis Primada de México señala: “muy estimado padre: conservando ‘el ideal de una participación gradual, solidaria y subsidiaria’ (el entrecomillado es de la curia), en las múltiples implicaciones económicas de la tarea evangelizadora, en la atención de la salud del sacerdote, así como en la congrua (renta que debe tener el que recibe órdenes sagradas) manutención a los sacerdotes eméritos de esta Arquidiócesis”.

El documento refiere que dando seguimiento a la actualización de reformas del decreto sobre la reorganización económica de las diversas estructuras de nuestra iglesia o parroquia particular se ha “considerado razonable la determinación de una aportación mensual…, que, fundada en los principios cristianos de la solidaridad, la subsidiaridad y la fraternidad, será determinada de acuerdo con la realidad –de los ingresos– del templo a su muy digno cargo”. Las aportaciones deberán entregarse dentro de los primeros 15 días de cada mes en la Economía de la Curia Arquidiocesana.

Invocamos a la santísima Virgen de Guadalupe para que por su poderosa intercesión sigamos caminando juntos en la restructuración económica de nuestra iglesia particular, recordando lo que dice Jesús en el Evangelio: somos administradores de los bienes que Dios nos ha encomendado, establece la Arquidiócesis en el documento firmado por el ecónomo Efraín Hernández Díaz.

Al respecto, los sacerdotes entrevistados explicaron la situación legal en que se ubican como encargados de cada parroquia.

“A partir de 1992, con la reforma en materia religiosa, los templos de ese año hacia atrás le pertenecen al gobierno federal; las nuevas construcciones son propiedad de las asociaciones religiosas (AR).

Sacerdotes, representantes jurídicos de los inmuebles

La Arquidiócesis de México está catalogada como una AR, la principal, pero existen las que se llaman derivadas, es decir, que cada parroquia toma una calidad jurídica de AR donde los sacerdotes encargados tienen el poder notarial.

–¿Se podría decir que que cada párroco es el dueño del inmueble?

–No, cada sacerdote es el representante jurídico de él, y es quien lo administra y representa en cuanto al pago de impuestos y demás.

“Por eso el sacerdote se tiene que dar de alta como persona física para representar el bien ante la Secretaría de Hacienda, y de ahí vemos un riesgo el que la Arquidiócesis Primada de México tenga acceso a nuestras firmas electrónicas por ser los únicos responsables. Ellos se van a lavar las manos, así como lo han estado haciendo con todo el personal que laboraba antes en la Arquidiócesis de México.

“En la Arquidiócesis hoy actúan como una empresa, y sólo dicen: ahora te vas porque simplemente lo digo yo, y cuando se presentan las denuncias o las demandas ante Conciliación y Arbitraje, pues inmediatamente responden: ‘es la Iglesia, ten cuidado. No hagas esto porque Dios te va a castigar’. Y siguen haciendo sus fechorías, a grado tal que se ha comentado entre nosotros: ¿no será lavado de dinero lo que tratan de hacer?”

Además, mencionan, el Arzobispado tiene todo clasificado por categorías, A, B y C, es decir las parroquias que están en zonas de alto nivel, las que son de medio y las de escasos recursos.

La reorganización finanaciera, la imposición de cuotas y la vigilancia financiera de cada sacerdote ha trascendido fronteras. Y desde ya preguntan: ¿qué sabes de la empresa de la Arquidiócesis de México?

Otro más apuntó: “llegaron simplemente como aves de rapiña, se apoderaron de los bienes inmuebles y ya sacaron a la gente. Me enteré de que algunos edificios donde estaban ubicadas las vicarías los han rentado o incluso los han vendido… Han hecho infinidad de cosas con ellos.

Llaman a luchar

“Yo creo que tenemos que luchar y somos varios los que queremos que realmente esto salga a la luz para que vuelva otra vez la Iglesia de México a tener auge, acercamiento de la gente hacia Dios, porque mucha se está alejando y de ello se están aprovechando los cristianos para jalar mucha gente católica.

Me llama la atención que el nuncio apostólico (Franco Coppola) no haya tomado cartas en el asunto, cuando esto ya no es un escándalo secreto, es uno a voces, concluyó el padre Miguel.

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