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Londres. Instalada con asesores en su lugar de retiro, la reina Isabel II de Gran Bretaña se preparaba ayer para una reunión familiar, a fin de discutir el futuro del príncipe Enrique y su esposa Meghan, luego de la drástica decisión de la pareja de retirarse como miembros de la realeza.
Los simpatizantes aclamaron a la monarca mientras hacía su viaje semanal a una iglesia en su propiedad de Sandringham, en el este de Inglaterra. En tanto, los partidarios de las facciones enemistadas en la familia real utilizaron los medios británicos para dar su versión sobre quién era responsable de la disputa.
El personal de la familia real dijo que la reina había convocado a su nieto Enrique; al hermano mayor de éste, el príncipe Guillermo, y al padre de ambos, el príncipe Carlos, para que acudan hoy a una reunión en Sandringham, localidad ubicada a 160 kilómetros al norte de Londres.
La reunión refleja el deseo de la reina para contener las repercusiones de la decisión de Enrique y Meghan de retirarse
como miembros prominentes de la familia real, trabajar para ser económicamente independientes y dividir el tiempo que pasarán entre Gran Bretaña y Norteamérica.
Carlos regresará de Omán
La pareja, conocida como el duque y la duquesa de Sussex, hizo este anuncio el miércoles pasado sin informar antes a la reina o a otros miembros importantes de la realeza.
Se prevé que Guillermo viaje a Sandringham desde Londres y Enrique desde su casa en Windsor, al oeste de la capital británica.
Carlos volverá de un viaje que hizo a la nación del Golfo Pérsico de Omán, donde asistió a una ceremonia de condolencias el domingo luego de la muerte del sultán Qabús bin Said.
Meghan, quien se encuentra en Canadá con el hijo de la pareja, Archie, probablemente se una a la reunión vía telefónica.