Para dejar el cigarro, los fumadores necesitan más alternativas

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Después de uno de los años más difíciles en la historia reciente, la vida nos ha recordado la enorme importancia de mejorar nuestros hábitos. La tecnología ha avanzado enormemente y hoy también existen nuevas alternativas al cigarro, particularmente productos que permiten consumir tabaco y nicotina sin combustión.

Las principales autoridades de salud del mundo han demostrado que lo que más daña a la salud de los fumadores es el humo que se produce cuando el tabaco se quema. Al eliminar el humo se reduce significativamente –aunque no por completo– la exposición de las personas a las sustancias que dañan a la salud.

Este beneficio es igualmente importante para fumadores y para no fumadores, pues estos últimos también inhalan una proporción importante del humo de los cigarros que se consumen a su alrededor.

Entre las alternativas sin humo destacan los productos de calentamiento de tabaco que, al no quemarlo, no generan humo ni olor. Ese tipo de alternativa se comercializa en más de 60 países bajo la marca IQOS desde 2015.

Este producto ya ha sido probado por casi 18 millones de usuarios en el mundo. De ellos, cerca de 13 millones han logrado renunciar por completo al cigarro.

Desde luego, el hecho de que una empresa tabacalera venda un nuevo producto para que la gente deje de comprar otro genera dudas muy comprensibles. ¿En serio es tan bueno?

¿Es cierto que causa menos daño? ¿No es mera publicidad? Para estas preguntas, la mejor respuesta es la ciencia. De ahí que las agencias sanitarias de muchos países, tales como la FDA de los Estados Unidos, el Instituto Japonés de Salud Pública, el Instituto de Salud Pública del Reino Unido, así como el Instituto Federal de Alemania para la Evaluación del Riesgo, entre otras, hayan realizado estudios exhaustivos a nuestro producto de calentamiento de tabaco.

En algunos países, los gobiernos han reconocido que la comercialización de estas alternativas puede ser un elemento favorable para lograr sus objetivos de reducción de consumo de cigarro. Si bien está claro que IQOS no es un producto libre de riesgo, han reconocido que representa una mejor opción en comparación con el cigarro. Nueva Zelanda, por ejemplo, inicialmente prohibió el uso de vaporizadores, pero en cuanto las autoridades analizaron a fondo el tema decidieron regularlo, porque se dieron cuenta de que era una mejor alternativa para los fumadores de cigarros convencionales y decidieron incluir esta regulación en la política pública que llevará a su país a ser uno libre de humo para el 2030. En Estados Unidos las autoridades han llegado a la misma conclusión: IQOS es un producto de tabaco de riesgo modificado, porque, a pesar de que no es un producto libre de riesgos, al eliminar la combustión, reduce significativamente la exposición a los tóxicos del humo.

En México, con el inicio de un nuevo período legislativo este año surge una nueva oportunidad para que las alternativas al cigarro puedan regularse de manera efectiva. De plantearse reglas claras para su uso, 15 millones de personas podrían dar un paso en el camino correcto y acercarse, por fin, a la meta de dejar de fumar.

Estamos seguros de que con una regulación clara y una campaña pública de orientación que incluya información precisa sobre las alternativas al cigarro, podremos lograr que muchos mexicanos dejen de fumar. México podrá dar ejemplo al mundo de cómo, en libertad y sin prohibiciones contraproducentes, se puede avanzar en las metas nacionales de salud pública. ¿Qué mejor manera de ayudar a quienes se han propuesto despedirse del humo del cigarro en 2021?

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