Un singular espectáculo se dejó ver en el Valle de México en el atardecer del miércoles 10 de enero. La máxima casa de estudios detalla en qué consiste.
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CIUDAD DE MÉXICO (apro). – La tarde del miércoles, el cielo de la capital del país y del Estado de México se llenó de nubes lenticulares, un fenómeno natural que asombra a la gente porque éstas adoptan forma de platillos voladores.
Las nubes lenticulares tienen una apariencia similar a la de un lente convergente. Son formaciones gaseosas comunes en la atmósfera terrestre como parte de un fenómeno meteorológico estacionario que habitualmente se registra en el otoño.
El sitio web de la Gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México publicó una nota en la que explica el fenómeno visible en la Zona Metropolitana.
“De acuerdo con el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, las nubes lenticulares suelen verse cerca de zonas montañosas. Se forman cuando el aire que se mueve sobre las montañas se enfría lo suficiente para que ocurra la condensación. Estas se diferencian de otros tipos de nubes porque no se mueven”, destaca la publicación.
Estas nubes, explica, están en constante renovación: es decir, aire “nuevo” llega a la montaña, sube, se condensa y crea la nube. También pueden ser apreciadas cerca de los volcanes.
Estas nubes se forman más abajo que otras y adquieren una forma cilíndrica o similar a un plato, debido a que los vientos rápidos chocan contra la estructura alta, detalla la publicación.
En ocasiones, añade la Gaceta UNAM, se acumulan encima de otras sobre los picos de montañas, volcanes e incluso en edificios. A veces toman un color rojizo debido a que aparecen justo en la línea del atardecer y también pueden tomar un color rosa o rojo debido a la posición del sol.
¿Qué ocurrió el 10 de enero?
De acuerdo con la máxima casa de estudios, en la Ciudad de México la nube lenticular se formó cuando el Sol se estaba ocultando, lo que causó que el cúmulo de agua condensada reflejara los colores anaranjados.
Para los miembros de la comunidad de la aviación, no es un fenómeno agradable porque pueden encontrar vientos superficiales fuertes y racheados, particularmente a sotavento de la barrera montañosa, menciona la Gaceta UNAM.
Aunque reconoce que para mucha gente representan malos augurios, la nota remarca que estas nubes no tienen ningún significado negativo y mucho menos implican malos presagios.
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