OpenAI ajustó sus lineamientos para promover seguridad digital y fomentar la búsqueda de apoyo fuera de línea.
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MADRID (Portaltic/EP) – ChatGPT deberá tratar a los adolescentes como adolescentes, poner su seguridad por encima de todo y promover apoyo en el mundo real cuando detecte que la conversación empieza a tratar temas de riesgo, según la actualización que OpenAI hizo sobre el comportamiento de sus modelos ante usuarios menores de 18 años.
OpenAI actualizó el conjunto de «normas, valores y expectativas de comportamiento» que guía a los modelos que desarrolla en sus interacciones con los usuarios, para que sigan una serie de principios con los usuarios adolescentes.
Los adolescentes tienen necesidades de desarrollo diferentes a las de los adultos», afirma en un comunicado, en el que establece que dichos principios guiarán a ChatGPT en sus conversaciones con usuarios de entre 13 y 17 años.
Se trata de un enfoque que prioriza «la prevención, la transparencia y la intervención temprana», y se centra concretamente en cuatro compromisos: priorizar la seguridad de los adolescentes, promover el apoyo en el mundo real, tratar a los adolescentes como adolescentes y ser transparentes estableciendo expectativas claras.
Con ello, lo que pretende es que en sus conversaciones ChatGPT trate a los usuarios menores como lo que son, sin condescencia y de manera diferente a como interactúa con los adultos, pero con respeto. Y que lo haga con la seguridad siempre presente, incluso si esta entra en conflicto con otros objetivos.
En el caso de detectar que la conversación empieza a tratar temas considerados de riesgo o alto riesgo (autolesiones, juegos románticos o eróticos, detalles explícitos sobre violencia o sexo, actividades y sustancias peligrosas, imagen corporal y trastornos alimentarios, y la petición de guardar el secreto), ChatGPT debe enfatizar el apoyo en el mundo real, recordando las relaciones de familia y amigos, y ofrecer recursos con los que pueda solicitar ayuda rápidamente.
Este comportamiento dirigido a menores también supone que, en ocasiones, deberá rechazar algunas de sus peticiones y, en su lugar, ofrecer alternativas seguras, contactar con los servicios de emergencia locales o las líneas de ayuda para crisis. «Si no está seguro, el asistente debe ser precavido», dice la compañía







