La ejecución de Alberto Prieto Valencia, conocido ampliamente como “El Prieto” y considerado un influyente comerciante del Mercado de Abastos, ha detonado nuevas líneas de investigación sobre su entorno y sus presuntos vínculos con esquemas de apuestas irregulares conocidos como “rifas colombianas”. El ataque ocurrió este lunes en la colonia Residencial Victoria, donde sujetos armados emboscaron el Lamborghini Urus en el que viajaba el empresario junto a su hija, quien también falleció en el sitio. La agresión, descrita por testigos como un ataque directo y planeado, desató un enfrentamiento entre los agresores y los escoltas de Prieto Valencia. Aunque públicamente era identificado como dueño de bodegas de granos, negocios de distribución alimentaria y la firma Transportes Odal, su figura se mantenía rodeada de polémica debido a investigaciones extraoficiales que apuntaban a su participación en dinámicas de sorteos ilícitos que operan en circuitos comerciales de la ciudad. El secretario de Gobierno estatal, Salvador Zamora Zamora, confirmó que una de las líneas centrales de investigación se concentra justamente en estas posibles conexiones con redes de apuestas clandestinas, ante la recurrencia de denuncias vinculadas a presiones económicas y cobros irregulares en ese giro. A la par de esta indagatoria, salió nuevamente a la luz el historial de detenciones previas de Prieto Valencia: al menos dos aseguramientos por posesión de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, registrados por las policías de Guadalajara y Zapopan. En ambos casos, los expedientes no avanzaron a judicialización. El saldo del ataque —además de Prieto Valencia y su hija— incluye a cuatro escoltas lesionados, uno de ellos en estado crítico. Las autoridades mantienen resguardada la zona y continúan con un operativo de búsqueda por aire y tierra, mientras la Fiscalía del Estado reunió indicios clave para reconstruir la emboscada. Este hecho ocurre en un momento particularmente sensible para la entidad, a menos de seis meses de que Guadalajara funja como sede del Mundial 2026, contexto que ha elevado las alertas sobre seguridad y ha puesto bajo escrutinio a operadores económicos con presuntas conexiones ilícitas.Autoridades siguen la pista de presuntas redes de apuestas clandestinas y vínculos con grupos armados tras la emboscada donde murió Alberto Prieto Valencia y su hija en un Lamborghini Urus.







