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¿Sin testamento?: La ley mexicana define quién hereda y cómo se reparten los bienes

En México, si un familiar fallece sin dejar su voluntad legalmente establecida, la ley establece el proceso y el orden de los herederos para asegurar que los bienes sean repartidos conforme a derecho.

proceso.com.mx

CIUDAD DE MÉXICO (apro).— La legislación mexicana señala que cuando una persona fallece sin dejar un testamento válido, se abre de manera automática un proceso denominado sucesión intestada o sucesión legítima. Esta figura se encuentra prevista en el Código Civil Federal y en los códigos civiles estatales, los cuales determinan cómo se reparten los bienes, derechos y obligaciones del fallecido cuando no existe una disposición expresa.

La sucesión intestada también se aplica cuando el testamento resulta nulo, pierde validez o no abarca la totalidad de los bienes. En estos casos, la ley define quiénes pueden ser herederos y en qué orden, sin que intervenga la voluntad del fallecido. El patrimonio que forma la herencia se distribuye con base en el parentesco y bajo un procedimiento que requiere acreditar la relación familiar.

Orden de herederos según la ley mexicana

El Código Civil establece un orden específico para determinar quién tiene derecho a heredar en ausencia de testamento. En primer lugar, la ley reconoce a los descendientes directos: hijos, y en su caso, nietos, cuando alguno de los primeros haya fallecido antes. Este criterio se denomina derecho de representación.

Junto con los descendientes, el cónyuge también puede heredar. Si no existen hijos, el cónyuge puede recibir la totalidad de la herencia, y si había un concubinato reconocido conforme a la normatividad, la persona concubina puede tener derechos similares en determinados supuestos.

Cuando no hay descendientes ni cónyuge, la ley da paso a los ascendientes, como los padres y abuelos. Si tampoco existen ascendientes, la herencia se dirige hacia parientes colaterales hasta el cuarto grado, entre ellos hermanos y sobrinos. Si ninguna de estas personas puede acreditar parentesco dentro de los grados previstos, la herencia se adjudica a la beneficencia pública, conforme a lo establecido en los códigos civiles estatales.

Cómo se determina quién puede heredar

Después de la apertura de la sucesión intestada, se inicia un procedimiento para identificar y convocar a los posibles herederos. Para acreditar el parentesco se requieren actas de nacimiento, matrimonio y defunción, así como documentos complementarios que demuestren la relación jurídica con el fallecido.

Cuando todos los interesados son mayores de edad y existe acuerdo entre ellos, el trámite puede realizarse ante notaría. Si existen menores de edad, personas con discapacidad que requieran representación legal o desacuerdos entre los posibles herederos, el proceso debe ser atendido por un juez familiar.

Durante el procedimiento se elaboran un inventario y un avalúo de los bienes, se revisan las deudas y cargas del fallecido y se determina cómo se adjudicarán los bienes conforme al orden legal. La operación concluye con la entrega formal de los bienes mediante una resolución judicial o un acta notarial, según corresponda.

Derechos y límites de los herederos

La normativa reconoce que ciertos familiares tienen derecho a recibir una parte mínima de la herencia. Entre ellos se encuentran los descendientes y el cónyuge, quienes no pueden ser excluidos sin una causa prevista por la ley. La porción que corresponde a cada heredero depende del número de personas con derecho y del régimen bajo el cual estaba casado el fallecido, si existía matrimonio.

El derecho de representación permite que los descendientes de un heredero fallecido reciban la parte que le habría correspondido a éste. Esto aplica para hijos y nietos cuando se demuestra la línea sucesoria.

Qué sucede cuando no se encuentran herederos

Si después de convocar y buscar a los posibles herederos no se identifica a ningún familiar hasta el cuarto grado, la ley ordena que la herencia pase al Estado o a instituciones públicas definidas por cada entidad federativa. Esta figura permite evitar que el patrimonio quede sin destino jurídico.

Importancia de contar con un testamento

Aunque la sucesión intestada ofrece un mecanismo legal para repartir los bienes, la ley no considera preferencias u objetivos personales del fallecido. En ausencia de testamento, la legislación determina de manera estricta quién hereda y en qué proporción, lo que puede generar disputas o distribuir los bienes de forma distinta a la intención del titular.

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